Este un poco más extenso.......
17-11-2004
Ella era feliz a su
manera, tenia sus hijos, su familia, su
trabajo y sus pocos amigos, no necesitaba más, aunque a veces, es cierto,
necesitara el cariño de alguien especial que le protegiera, le cuidara, le
mimara, en una palabra necesitaba
sentirse importante, querida, deseada pero no encontraba a esa persona especial
porque no tenia oportunidad, trabajaba mañana y tarde y llegaba cansada a casa
con ganas de echarse en el sofá y dejarse llevar por el cansancio. Estaba
segura, sentía que algún día conocería a alguien que le daría todo eso que le
faltaba y pasó poco tiempo y lo conoció.
El era un hombre de mediana estatura, pelo
castaño , ojos marrones y la tez algo morena. Era simpático, de trato
agradable, respetuoso y sentía curiosidad por las personas, las estudiaba
profundamente, sus gestos, sus preocupaciones, sus sentimientos, era
psiquiatra. Lo conoció no en una consulta sino de una forma casual. Ella iba
andando todos los días a su trabajo desde la Plaza de Cibeles a la Gran Vía,
cerca de Callao, se cruzaban todos los días, los primeros sin apenas verse,
pero poco a poco , día tras día se miraban con el rabillo del ojo en el momento
de pasar uno al lado del otro, él iba en dirección contraria, y al cabo de poco
tiempo las miradas se fueron haciendo más firmes hasta llegar a una sonrisa ,
al saludo y al final a tomar un café juntos. Se compenetraron perfectamente
porque a ella desde muy pequeña le gustaba el mundo de la psicología y de la
psiquiatría y con un especialista de tal porte tenía el mundo a sus pies para
investigar y conocer cosas por las que sentía gran curiosidad. Pero ella tenía
sus dudas, nunca se había fiado de los
hombres, de ningún hombre, porque no los veía sinceros, tuvo dos desengaños
amorosos y no quería tener más así que aun encontrándose bien con aquel hombre
no quería crearse falsas esperanzas y mucho menos pensar en posibles planes de
futuro además acababa como quien dice de conocerlo. Lo único que si estaba
segura es de que se sentía bien a su lado, comprendida
Y escuchada,
estaba deseosa de que alguien la escuchara , pensara y se preocupara de
ella. Todos los días por la mañana, se arreglaba de una manera especial, iba
sencilla pero sus ojos azules brillaban con la esperanza cotidiana de volverlo a encontrar y cruzarse unas
palabras, unas sonrisas y eso era un acicate para comenzar el día con nuevas
ilusiones.
Precioso relato. Muy íntimo. Muy bien escrito, algo más que una narración, hay sentimiento. Enhorabuena, de verdad me ha gustado.
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